A los pueblos y gobiernos de América Latina
Condenamos enérgicamente la sanguinaria incursión militar del gobierno colombiano en territorio ecuatoriano.
El proceso de transformaciones en Latino américa está pasando por un momento crítico. Hoy más que nunca es necesario acelerar los proyectos de unión en lo político, económico y cultural.
Necesitamos paz para la transformación económica, la recuperación de los recursos naturales, y la recuperación de los derechos políticos de los pueblos.
Necesitamos que Venezuela, Ecuador, Bolivia y Nicaragua fortalezcan y consoliden sus procesos de cambio. Los humanistas de América y del mundo continuaremos ofreciéndoles nuestro apoyo con decisión.
Asimismo, valoramos a los otros gobiernos de la región con clara orientación progresista, y esperamos que profundicen dicha orientación en procesos refundacionales, con amplia participación de sus pueblos.
No necesitamos lenguajes beligerantes, ni aventuras belicosas.
El presidente de Colombia, Álvaro Uribe, al asociarse estrechamente al presidente Bush, no ha sabido traer la paz a su propio país y quiere exportar su lógica de guerra a la región. La incursión armada de Uribe y la matanza realizada en territorio ecuatoriano es inaceptable y debe ser sancionada por la comunidad internacional.
Pero este conflicto que trata de generar el gobierno norteamericano en nuestra región, no se va a resolver con amenazas de guerra, ni con movilizaciones de ejército. La Era Bush está a punto de terminar y es muy probable que la inteligencia y la cordura regresen también a Norteamérica. Mientras tanto, necesitamos unidad, paz y paciencia, y fortalecimiento de la acción no-violenta de organizaciones sociales, políticas y culturales de la región.
Hoy, cuando la integración latinoamericana quiere avanzar sustentada en procesos como los que lideran Evo Morales, Hugo Chávez, Rafael Correa y Daniel Ortega , es necesario que las FARC abandonen su planteo de insurgencia armada, liberen a todos los secuestrados y comiencen un camino de pacificación y apoyo al proceso de integración Latinoamericana.
Frente a la amenaza generada, cobra más relevancia que nunca la revolucionaria decisión del presidente Evo Morales de incluir en la nueva Constitución el rechazo de la guerra como forma de solución de los conflictos. Es el momento de que esta decisión sea seguida por todos los países de la región.
Los movimientos sociales del continente no podemos equivocarnos en este momento clave de la situación actual. El camino contra la violencia ejercida por las instituciones económicas y políticas del sistema no es la guerra y no es la violencia. Nuestra acción, en todos los casos, debe priorizar la vida humana, la salud de la población, la educación de la población y no hay ninguna otra prioridad. Nuestra acción es la unidad del movimiento social latinoamericano para reducir el poder del capital y fortalecer la decisión y participación de los pueblos.
Tomás Hirsch
Vocero del Humanismo para Latinoamérica
4 de marzo de 2008
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